Alzheimer. La importancia de la actividad física como parte del tratamiento

¿Qué es el Alzheimer?

El Alzheimer (EA) es una patología neurodegenerativa que causa un declive cognitivo y motriz de la persona afectada. El trastorno se inicia en general de forma lenta, evolucionando progresivamente durante un período de años.

Actualmente se han realizado numerosas investigaciones centradas en los beneficios de tarapias no farmacológicas con los objetivos de ralentizar el declive cognitivo y físico, así como mantener o mejorar la calidad de vida del paciente. Los efectos del ejercicio físico en pacientes de EA así como la concreción de los parámetros diversos a su prescripción son todavía poco conocidos.

¿Qué beneficios tiene la actividad física en el Alzheimer?

Beneficios del ejercicio físico en personas con enfermedad del Alzheimer

  • Efectos metabólicos y neuropatalógicos al provocar una reducción de la proteína beta-amiloide la cual provoca una aumento de la velocidad de degeneración del paciente.
  • Mejoras en los estadios afectivos de humor y en los desórdenes del comportamiento.
  • Aumento del flujo sanguíneo cerebral, el cual se ve disminuido en personas mayores y en personas que sufren de EA. Éste se ve aumentado debido a la práctica de ejercicio de tipo aeróbico.
  • Mejoras significativas en las funciones cognitivas y la funcionalidad cerebral.
  • Mejoras en la atención y en la capacidad verbal para comuicarse.
  • Mejora de los trastornos del sueño.
  • Mejoras físicas; aumento de la fuerza, equilibrio y coordinación.

¿Cómo trabajamos en Centro Impulso Murcia?

Lo primero que debemos tener en cuenta es el grado de declive cognitivo en el que se encuentra la persona en cuestión. Así pues, tenemos varias orientaciones que se pueden trabajar:

  • Ejercicio de tipo aeróbico (caminar, bicicleta estática), debida cuenta de sus beneficios anteriormente citados.
  • Ejercicios de fuerza; estos ejercicios adaptados a cada persona respecto a sus posibilidades, deben de simular acciones cotidianas de la vida diaria, como por ejemplo sentarse y levantarse de una silla, coger un determinado peso, subir o bajar escalones, etc.
  • Ejercicios de flexibilidad, para ralentizar el declive físico muscular y articular.
  • Ejercicios de equilibrio que aumenten dicha condición para su vida diaria. Pondremos obstáculos para que los evite o salve, subiremos y bajaremos escaleras o bancos, etc.
  • Ejercicios que provoquen una estimulación cognitiva de la persona, uniendo tareas que impliquen un procesamiento de una información y una posible respuesta.

Así pues, se recomienda adecuar las tareas a cada nivel de declive en el que se encuentre la persona con la que vamos a trabajar; tareas más complejas o simplemente tareas que se realicen por imitación. Enfatizar en ejercicios que le resulten familiares al paciente y sobre todo trabajar en conjunto tareas de fuerza, capacidad aeróbica, flexibilidad, movilidad, coordinación y agilidad.

En definitiva, a través del ejercicio físico podemos ser capaces de frenar de alguna manera el proceso de deterioro del paciente, mejorar su calidad de vida, sacarlo de una posible rutina diaria, y del mismo modo algo que resulta importante, mejorar la calidad de vida de las personas que los rodean, ya sean cuidadores o familiares.

En Centro Impulso Murcia somos especialistas en prescripción de ejercicio en poblaciones especiales. Confía en un grupo multidisciplinar para la pauta, desarrollo y tratamiento en patología neurodegenerativa.

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