¿Es importante la velocidad con la que realizo el entrenamiento de fuerza?
Sí. A parte de la importancia del peso escogido para realizar un ejercicio y las variables de las cuales se componen, la velocidad de ejecución ha tomado en los últimos tiempos mucha importancia en todos los ámbitos del deporte y del ejercicio físico.
Dista mucho un ejercicio realizado a la máxima velocidad posible con un peso liviano (30% 1RM), que realizar el mismo movimiento con un peso al rededor de 80% de la 1RM y a una velocidad de ejecución lenta.
La velocidad de ejecución como variable de control de la carga en el entrenamiento de fuerza
Actualmente, la cuantificación de la carga de trabajo en distintos ámbitos deportivos se realiza a través de una medición de la velocidad de ejecución.
No solamente se mide el peso que “movemos”, si no a la velocidad que lo trasladamos o intentamos realizarlo. Y resaltamos intentar, porque aunque no podamos levantar un peso a máxima velocidad, es más importante realizar el gesto a la máxima velocidad posible.
¿Todas las poblaciones pueden realizar entrenamiento de fuerza a altas velocidades?
A no ser que haya una contraindicación por tener una patología por la cual se deban de realizar los movimientos de forma pausada y moderada, todas las poblaciones pueden realizar este tipo de esfuerzos.
De hecho, está indicado entrenar a altas velocidades y con un número de repeticiones bajo-medio en personas con edad avanzada ya que se ha comprobado que se producen adaptaciones mayores a nivel de fuerza que un entrenamiento con más carga y a velocidades moderadas.
Hay que resaltar que con el paso del tiempo, las fibras rápidas de nuestros músculos van perdiendo esa capacidad de trabajo de contraerse rápidamente; por lo tanto, si le damos ese estímulo durante el mayor tiempo posible, menores serán las pérdidas de velocidad de dichas fibras.
“No voy a ir al gimnasio porque me han dicho que me voy a volver lento»
“Entrena como quieras sentirte después”
Nuestra respuesta a esta cuestión siempre es la misma: depende de lo que hagas. El cuerpo se habitúa a los estímulos que le proponemos a lo largo del entrenamiento. Con lo cual, si entrenamos a velocidades bajas, puede que nuestras sensaciones sean de estar menos ágiles, más lentos ya que reducimos la activación muscular y tenemos menos ganancias de fuerza.
Beneficios del entrenamiento de fuerza a altas velocidades
- Mejores adaptaciones neuromusculares.
- Mejoras de fuerza y potencia ante un mismo peso movido a menor velocidad.
- Ganancias de agilidad y movilidad. Este tipo de entrenamiento se traslada a nuestro día a día, sintiéndonos con una nueva sensación de ir con una marcha más.
- Incrementos de la fuerza, la velocidad y la rapidez.
- Otras ganancias y adaptaciones derivadas del esfuerzo, como son la mejora del funcionamiento del sistema cardiovascular y el mayor consumo de calorías debido a la intensidad del ejercicio.
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