El sudor está muy relacionado con el ejercicio e históricamente se ha vinculado con la perdida de peso. Cuántas veces hemos visto hacer deporte con fajas, plásticos o ropa de más con la intención de adelgazar. Este mito equívoco se ha ido llevando a cabo por la falta de información acerca de los peligros que puede provocar esta práctica además de la irreal y poco segura pérdida de peso.
Y es que, al realizar ejercicio de este modo, se produce el llamado “efecto invernadero” en nuestro cuerpo. El sudor se acumula en forma de agua humedeciendo la parte en la que aparece, ya que al no transpirar es imposible que se seque y desaparezca. Este hecho es el que muchos toman como un activador de la quema de grasas, es lo que se conoce como efecto sauna que no quema grasas ni calorías.
Como hemos mencionado, la aplicación de estos plásticos en el cuerpo no nos permite la transpiración, por lo que sudamos pero el sudor se puede volver algo nocivo para el organismo. En primer lugar al aumentar la humedad en la zona corremos riesgo de enfriamiento y por lo tanto de enfermar, además de que la irritación de la piel en esa zona es alta, ya que el sudor acumulado tiene sustancias ácidas que afectará a la piel, al igual que aumentará la acumulación de bacterias en esta parte del cuerpo.
Tras esto podemos decir con más sensatez que, sudar no es sinónimo de eliminar tejidos adiposos, hacer ejercicio en esas condiciones lo que provoca es:
- Aumento de la temperatura corporal y este golpe de calor no es recomendable jamás para el cuerpo
- Bloqueo de la respiración natural de nuestra piel, “taponando” los poros, por lo tanto, se dificulta la refrigeración natural del organismo.
- Sudoración excesiva, deshidratando y perdiendo sales minerales importantes para el rendimiento en el ejercicio
- Incremento de la frecuencia cardiaca
Todas estas contraprestaciones hacen reducir el rendimiento en el ejercicio. Por tanto, hay que tener mucho cuidado con sudar de más en el ejercicio. Sudar es bueno para eliminar las toxinas del cuerpo, lo único malo es provocar de forma artificial esa sudoración excesiva, deshidratándonos y perdiendo muchas sales minerales que son imprescindibles para una correcta función del organismo.
Sudoración
La función del sudor en el organismo es regular la temperatura corporal. Al hacer ejercicio, más del 30% de la energía producida se pierde en forma de calor, el organismo utiliza la evaporación del sudor como el principal mecanismo para poder mantener el cuerpo sobre 39-40 grados, ahora bien, el agua perdida será recuperada en cuanto se pueda para que el cuerpo funcione correctamente (sobre este aspecto de recuperación del agua hablamos más adelante).
La capacidad de sudar es una adaptación fisiológica que sirve para mantener una temperatura corporal baja durante 4 a 6 horas (Noakes, 2007), evitando consecuencias adversas de déficits de líquidos causados por pérdidas de sudor. El “suero” o el mecanismo de sed está basado en la osmolalidad (número de osmoles de soluto en un kilogramo de agua) y la capacidad de ‘escapar de la sed’ (para resistir los efectos perjudiciales psicológicos y otros de la sed intensa).
Deshidratación y sudor
La deshidratación progresiva durante el ejercicio provocará un golpe de calor, que es la causa más importante de colapso durante el ejercicio (Noakes, 1995). Por lo tanto, el golpe de calor solo puede evitarse si se previene la deshidratación, y todas las personas que se colapsan en el ejercicio tendrán un trastorno de calor, que debe tratarse con fluidoterapia intravenosa.
Una adecuada hidratación es importante ya que, los cambios de temperatura corporal durante el ejercicio se ven afectados por el balance hídrico del sujeto. Una deshidratación, debido, por ejemplo, a una pérdida de sudor en condiciones de calor, resultará un aumento de la temperatura central en comparación con la obtenida durante el ejercicio en el mismo nivel metabólico en un estado de hidratación normal. Además, la frecuencia cardíaca durante el ejercicio aumenta cuando se está en un estado de deshidratación (Nielsen, Hansen, Jorgensen&Nielsen, 1971).
Estudios recientes demuestran que tanto la deshidratación como la hiperhidratación tienen consecuencias perjudiciales (Hew-Butler, Verbalis&Noakes, 2006). En relación, han evolucionado las recomendaciones individualizadas que enfatizan el equilibrio entre los dos extremos.
Importancia de la sed
La sed sería el regulador fisiológico y dinámico predominante que rige el equilibrio hídrico durante el ejercicio. Es una sensación subjetiva caracterizada por un deseo profundo de agua y generalmente se asocia con sensaciones orales tales como sequedad, irritación, y un “sabor desagradable” en la boca.
Ésta se estimula con disminuciones en el agua corporal de aproximadamente 1.7% a 3.5%. Las disminuciones de rendimiento relacionadas y la tensión cardiovascular también se documentan cuando las pérdidas de fluidos corporales basales superan aproximadamente el 2% (Hew-Butler, Verbalis&Noakes, 2006).
Beber cuando se tiene sed protegerá a los deportistas de los peligros de beber tanto por encima como por debajo de la necesidad. A modo de curiosidad, los 3 factores principales que rigen la pérdida de líquidos durante el ejercicio son
- La masa (peso corporal)
- La intensidad del ejercicio (tasa metabólica)
- La temperatura ambiente
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Hew-Butler T., Verbalis J.G., and Noakes TD., (2006).Adatad Fluid Recommendation: Position StatementFromthe International Marathon Medical DirectorsAssociation (IMMDA). Clin J Sport Med;16:283–292
- Noakes, TD., (2007). Hydration in theMarathon. Sports medicine, Volume 37, Issue 4–5, pp 463–466.
- Noakes, TD., (1995). Dehydrationduringexercise: what are the real dangers? Clin J Sport Med; 5 (2): 123–8
- Nielsen B, Hansen G, Jorgenson SO &Nielsen E, (1971). Thermoregulation in exercisingmanduringdehydration and hyperhydrationwithwater and saline. Int J Bioneteorol; 15: 195–200