Running, Footing, Correr…

Coincidiendo con el nuevo servicio que ofrecemos en nuestro centro, vamos a dar una visión periférica de uno de los deportes del momento y que tanto movimiento está generando en nuestra sociedad: El running. Podemos decir, como muestra la siguiente gráfica, que es una de las modalidades deportivas que más ha aumentado en los últimos tiempos, siendo el segundo deporte que más ha aumentado su práctica en los últimos años.

Ahora bien, ¿es tan fácil como dicen? ¿Se trata de salir un día, comenzar a correr por un espacio de tiempo y ya ésta? ¿Con cuanto tiempo empiezo, o qué distancia? ¿Es lesivo?

Primeramente, y antes de contestar todas estas preguntas, considero relevante analizar la modalidad como una actividad físico deportiva de carácter cíclico y predominantemente aeróbico en el que su práctica suele ser prolongada en el tiempo (dependiendo del método de entrenamiento que empleemos: continuo intensivo o extensivo, interválico o series).

QUIERO COMENZAR A CORRER, ¿CUANTO TIEMPO CORRO? ¿CUANTAS VECES A LA SEMANA?   

En un artículo publicado por el Diario “ABC” se hace referencia al tiempo de práctica aconsejado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por The Journal of the American College of Cardiology; estos aseguran que correr aunque solamente sea durante unos minutos al día y con un ritmo moderado, reduce significativamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La OMS va más allá y concluye con un tiempo de 75 minutos de duración semanales.

El Consejo Superior de Deportes publica cada cinco años un estudio donde realiza un muestreo entre los deportes más practicados y preferencias en la sociedad actual, titulándolo: “Los deportes más practicados: el desfase entre deporte federado y el deporte popular y recreativo”.

En dicho muestreo, el CSD publica una tabla estadística relacionando las veinte modalidades deportivas más practicadas y la frecuencia semanal en las que son practicadas éstas por la población; donde en primer lugar sitúan “Gimnasia de mantenimiento”, siendo realizada por un 58% de los practicantes tres o más veces a la semana; y un 32,6% una o dos veces a la semana. Y donde la carrera a pié se sitúa en quinta posición, siendo practicada por la mayoría de los corredores (46,3%) tres o más veces por semana; y por algunos de ellos (34,7%) 1 o 2 veces por semana.

¿SI CORRO ME PUEDO LESIONAR?

Volviendo al artículo encontrado en el rotativo anteriormente mencionado, se indica que “correr con regularidad puede alargar la vida más de tres años”. Lo que es seguro es que nuestro cuerpo está hecho para el movimiento (sistema locomotor) y debemos aplicarle estímulos. Correr una carga descontrolada para nuestro organismo puede ser lesivo, pero el sedentarismo y la inactividad es más “lesivo” ya que propicia la aparición de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

Por otro lado, y para ayudar a nuestros lectores al disfrute de dicha actividad, proponemos a continuación una serie de puntos para la prevención de lesiones así como el incremento paulatino del esfuerzo durante el ejercicio:

  • Entrenamiento progresivo. Aumentar el volumen (distancia) de forma progresiva.
  • Método de entrenamiento. Una buena programación nos ayudará a progresar.
  • Buena hidratación. Antes, durante y tras la actividad.
  • Principalmente recuperación suficiente entre sesiones.
  • Buena alimentación. Suficiente y equilibrada.
  • Fortalecimiento de los músculos principales implicados en la marcha (cuádriceps, Isquiosurales, glúteo, CORE).
  • Mejorar la técnica de carrera. Nos ayudará a economizar el esfuerzo.

OPINIÓN PERSONAL Y CONCLUSIÓN

Correr de forma progresiva, acompañado de un acondicionamiento físico en el cual exista un mayor tono muscular en aquella musculatura implicada en la carrera y en la marcha, favorecerá un aumento progresivo de la resistencia (duración del esfuerzo) y del ritmo de carrera; pudiendo mantener el esfuerzo durante más tiempo y mayor intensidad. En nuestro centro Impulso trabajamos de forma multidisciplinar para conseguir una mayor calidad de vida y evitar la aparición de enfermedades metabólicas y cardiovasculares, así como previniendo la aparición de lesiones.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

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