Natación y dolor de espalda. Mitos y realidades

Natación. ¿Es siempre el deporte de elección en patología de espalda?

En innumerables ocasiones, todos hemos escuchado  que el mejor deporte para la espalda es la natación… ¿Qué hay de cierto en esto?

En un primer momento, debemos tener cuidado con estas afirmaciones tan categóricas. Existe un concepto erróneo en cuanto a la posibilidad de que la natación vaya a solucionar nuestros problemas de espalda, ya que intervienen muchos factores que pueden hacer que esta afirmación sea verdad o no. No todos los problemas de espalda son iguales, y por tanto no a todos nos vienen bien las mismas cosas.

En cualquier caso, la natación es un deporte muy completo, que ayuda a fortalecer la musculatura del raquis a la vez que se realiza un trabajo aeróbico beneficiando al sistema cardiovascular. Pero esto no es cuestión de meterse en la piscina y empezar a dar brazadas hasta que me canse.

Como cualquier otro deporte, es necesaria una buena técnica para evitar lesiones y mucho más si nuestra intención al practicar este deporte, es la de aliviar dolencias o prevenir patologías raquídeas. Para ello debemos ponernos en manos de profesionales, que a través de una valoración global, puedan recomendarnos un tipo de ejercicio u otro, guiarnos en esta práctica deportiva y enseñarnos la técnica correcta en aquellos estilos que serían beneficiosos en nuestro caso particular.

¿Qué tipos de estilos existen en natación?

En natación existen cuatro estilos como tal: crol, espalda, braza y mariposa.

El estilo crol es probablemente el más popular, cuyo nombre viene de la palabra inlgesa crawl, que significa reptar. En este estilo, el nadador se coloca en posición ventral, boca abajo, realizando brazadas alternadas, acompañado de una batida de piernas y necesitando un movimiento lateral de cuello para respirar. Siendo el estilo más practicado y en el que todo el mundo piensa cuando escucha la palabra “nadar”, puede estar contraindicado en patologías cervicales, ya que el gesto que debemos realizar para respirar puede llegar a ser lesivo; y en patología lumbar, debido a que la posición en prono le ofrece a la zona lumbar una carga importante.

La espalda sería el estilo, en general, más recomendado para personas con problemas raquídeos. En este estilo, el nadador se coloca en posición dorsal, boca arriba, realizando, al igual que en el estilo crol, un braceo alternado hacia atrás, acompañado de una batida de piernas. El cuello mantiene una posición fija y la zona lumbar se encuentra más protegida.

El estilo braza es el más antiguo de todos y el que más ha evolucionado a lo largo de los años. El nadador se coloca en posición ventral, realizando una brazada y una batida de piernas simultánea y simétrica, siendo el único estilo donde tanto brazos y piernas trabajan por igual. Debido a la hiperlordosis (aumento de la curvatura lumbar) que provoca la posición de este estilo, estaría contraindicado en patologías lumbares.

La mariposa es el estilo más moderno de la natación, el más complicado y el que mayor control de la técnica requiere. De por sí, ya es un estilo lesivo, tanto para la zona lumbar como para los hombros, por lo tanto, está completamente desaconsejado.

Una vez que ya conocemos todos los estilos, debemos decir que todas las contraindicaciones serían relativas. En cada estilo podemos encontrar variantes que nos permitirían poder realizarlo e incluso, nos interesaría desde un punto de vista rehabilitador.

Por ejemplo, en el estilo crol podemos colocar un PullBoy entre las piernas, lo que ayudaría a la flotabilidad de las mismas y por lo tanto a corregir de cierta manera la hiperlordosis lumbar. Otra variante para aquellas personas con patología cervical sería la de trabajar con tubo, de esta manera no tendríamos que estar girando continuamente el cuello para respirar.

Conclusión

En definitiva, para poder dar respuesta a si la natación sería útil en problemas raquídeos habría que estudiar cada caso en particular. En una patología lumbar, no es lo mismo una hiperlordosis que una rectificación, o que una hernía discal. Lo mismo pasaría en la región cervical, mientras que en la zona dorsal, habría que diferenciar entre un dorso plano y una hipercifosis. También debemos tener en cuenta la posible presencia de escoliosis. Los miembros inferiores desempeñan un papel fundamental en patologías de raquis, y en cada estilo se trabaja con ellos de una manera diferente, por lo tanto, sería otro aspecto a tener en cuenta. Y por supuesto la técnica, por muy bien que pueda venirnos un estilo, si no lo realizamos bien, seguramente en vez de beneficiarnos, estemos perjudicándonos y debemos ser muy conscientes de ello.

En Centro Impulso Murcia contamos con profesionales altamente cualificados en nuestra área especifica de terapia acuática. Consúltanos tu caso sin compromiso, y nuestro equipo multidisciplinar te asesorará en la mejor opción de tratamiento para tu patología.

Tabla de contenidos

×