El colesterol es una sustancia que se encuentra en el cuerpo humano, más concretamente en algunos órganos como el corazón y el hígado, hasta en el torrente sanguíneo. Esta sustancia grasa es indispensable para la vida, pero dependiendo del tipo y los niveles que poseamos puede ser perjudicial para las personas, aumentando las posibilidades de sufrir una patología cardiovascular.
Encontramos dos tipos:
+ LDL o colesterol malo: sus altos niveles pueden derivar en enfermedades cardiovasculares.
+ HDL o colesterol bueno: sus bajos niveles pueden derivar en enfermedades cardiovasculares.
Por supuesto que se puede tener colesterol llevando una vida medianamente saludable, ya que otros aspectos como la herencia, la edad de la persona o el género influyen altamente en dichos niveles de colesterolemia.
Nuestro objetivo será cambiar algunos aspectos de nuestra vida diaria. Los hábitos de vida saludable son los más aconsejados para evitar los altos niveles de colesterol o minimizar dicho riesgo.
Con lo cual debemos tener una dieta saludable rica en alimentos que no contengan altos niveles de grasa (mala), practicar ejercicio de forma regular con una supervisión de un profesional y por supuesto realizarse las pruebas necesarias para comprobar periódicamente nuestro colesterol.
Más que puedo, debo realizar ejercicio físico. Habrá que aumentar los niveles de actividad semanal para que los efectos de la práctica física se hagan patentes pasado un tiempo.
Este tipo de enfermedades no deben simplificarse en salir a andar, que por otra parte, es lo más “recetado” para estos casos. Además, se suele asociar a personas con un aumento de peso, por lo que es IMPORTANTE que el trabajo sea lo más individualizado y personal posible, ya que necesitamos que sea controlado en las primeras fases.
Está científicamente demostrado que el ejercicio aeróbico aumenta los niveles de HDL y baja los niveles de LDL; en referencia a este tipo de ejercicio podemos realizar caminata, montar en bici, nadar, etc… con unos tiempos mínimos de 40 minutos y con una frecuencia cardíaca e intensidad moderada y constante en el tiempo.
Pero cabe destacar que el tipo de ejercicio de musculación también influye positivamente en bajar los niveles altos de colesterol. Sí, las “pesas” también nos ayudan a combatir esta enfermedad.
Debemos comentar que lo más apropiado será realizar un tipo de ejercicio combinando ambas técnicas, el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de musculación.
Este tipo de práctica combinada produce grandes cambios en la composición corporal bajando los niveles de grasa corporal, disminuyendo así los niveles de colesterol en la persona implicada.
Por ello, deberemos de guiarnos por un profesional de las Ciencias del Deporte para llevara cabo un protocolo de ejercicio adecuado a nuestros objetivos y apropiado en relación a nuestras posibilidades.
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