Una vez llegada la ola de frío, los deportes de invierno y en especial el esquí, y sus diferentes disciplinas, adquieren todo el protagonismo.
Durante los últimos años, cada vez es más frecuente que llegadas estas fechas, muchas familias y grupos de amigos se desplacen hasta las estaciones de esquí más cercanas para disfrutar de un fin de semana de nieve y deporte, pero como en cualquier otra disciplina deportiva, el riesgo de lesión siempre está presente, y más si no tenemos una preparación física adecuada para enfrentarnos a los gestos deportivos propios del esquí.
Las contusiones por golpes o caídas son las lesiones más comunes, sobre todo en caderas, rodillas y costado, pero también son frecuentes otro tipo de lesiones más específicas en otras regiones del cuerpo.
Lesiones de hombro
Las luxaciones de hombro son muy comunes debido a las caídas o golpes. Al ser una articulación muy móvil, si el complejo musculoesquelético que protege esta articulación no es lo suficientemente estable, nuestra cabeza humeral podría salir de la cavidad glenoidea, ocasionando un fuerte dolor e impotencia funcional, siendo necesaria atención médica inmediata para recolocar el hombro.
Lesiones de la mano
En la mano, la lesión más frecuente es el llamado “pulgar del esquiador”. Es una lesión del ligamento colateral cubital de la articulación metacarpofalángica del pulgar producida por abducción e hiperextensión del mismo, normalemnte provocada por una caída, que cursa con hinchazón e impotencia funcional. En las lesiones con ruptura completa, el tratamiento es quirúrgico.
Lesiones de rodilla
En la rodilla, las lesiones más frecuentes son las de ligamento cruzado anterior, ligamento lateral interno y meniscos, incluso en ocasiones, se produce la lesión en las tres estructuras a la vez, provocando la famosa triada. La lesión de ligamento cruzado anterior se produce por el giro brusco o desplazamiento anterior de la tibia con respecto al fémur. Al estar las botas ancladas en los esquís, si en una caída, esta bota, a través de la inercia y la velocidad que se alcanza en una bajada, desplaza la tibia en rotación y hacia adelante con respecto al fémur, es posible que se produzca la rotura de este ligamento, siendo este el mecanismo lesional más común.
Además, existen una serie de factores de riesgo que incrementan las posibilidades de tener una lesión a la hora de practicar esquí, divididos en:
Factores intrínsecos:
- Sexo: las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir una lesión, sobre todo en el ligamento cruzado anterior.
- Edad: está claro que a mayor edad existe un mayor riesgo de lesión, sin embargo los estudios indican que los jóvenes son los que más se lesionan, debido a su falta de experiencia y a que cometen mayores imprudencias.
- Nivel del esquiador. Casi la mitad de las lesiones causadas al esquiar las sufren personas que acaban de iniciarse en esta práctica deportiva y hasta un tercio se producen por un exceso de horas subidos a los esquíes.
- Forma física. Como ya hemos dicho anteriormente, la falta de preparación física es clave para lesionarnos.
Factores extrínsecos:
- Las botas, los esquís, sus fijaciones, el casco, la ropa…es clave que nuestro equipamiento sea el adecuado para reducir el riesgo de lesión.
- La nieve. La nieve dura hace más difícil mantener el equilibrio con lo que aumenta el riesgo de caídas y de sufrir contusiones. La nieve primavera se caracteriza por tener una capa inferior muy dura sobre la que se posa otra superior de escasa consistencia, en ella durante el giro el esquí puede hundirse en la nieve provocando lesiones en tibia y rodilla.
En definitiva, desde el área de Fisioterapia de Centro Impulso queremos que seas consciente de los riesgos que puede tener este deporte. No solo es cuestión de ponernos los esquís, coger el teleférico, y subir a lo más alto para disfrutar de un gran descenso. Si físicamente no estamos preparados y no hemos entrenado el gesto deportivo, aumentamos el riesgo de lesionarnos.