¿Qué es el Síndrome de estrés tibial?
El Sídrome de estrés tibial medial (SETM) es otra de las lesiones en las extremidades inferiores por sobre uso en deportistas, y especialmente en corredores; siendo causa de visita frecuente al traumatólogo o médico del deporte.
El SETM, comúnmente conocido como periostitis tibial o shin splints, es una lesión en las proximidades de la unión de los tercios medio y distal de la tibia. Se caracteriza por dolor inducido por el ejercicio, situado a lo largo del borde posteromedial de la tibia. Inicialmente, los síntomas están presentes con el comienzo de la actividad y desaparecen a medida que avanza el ejercicio; en un estadio posterior, el dolor persiste durante la actividad. Si los síntomas empeoran, el dolor puede persistir después de la actividad deportiva.
Aunque el SETM no suele ser una lesión grave, pero si no se realiza un tratamiento adecuado, puede dar lugar a lesiones de mayor gravedad.
Es importante realizar un diagnóstico diferencial con las fracturas por estrés de la tibia.
¿Por qué el síndrome de estrés tibial es tan común en corredores y deportistas?
El síndrome de estrés tibial medial es una de las lesiones más frecuentes en deportes cíclicos de impacto, especialmente en atletas de running, fútbol, baloncesto, trail o militares en entrenamiento. La tibia soporta gran parte de la carga durante la carrera, y cuando el volumen, la intensidad o la técnica no son adecuados, la estructura ósea y los tejidos que la rodean no tienen tiempo de adaptarse, lo que provoca dolor e inflamación localizada.
A diferencia de una lesión aguda, el SETM se desarrolla progresivamente, por lo que muchos deportistas continúan entrenando sin saber que están agravando la lesión. Identificar y corregir los factores de riesgo a tiempo es clave para evitar que derive en una fractura por estrés o en una lesión crónica que obligue a parar por semanas o meses.
¿Cual es la fisiopatología de la lesión?
Hasta hace unos años se establecía la inflamación del periostio como la causa probable del SETM. Esta inflamación es debida a una tracción excesiva de origen muscular, por estrés mecánico debido a movimientos repetitivos, por ejemplo, durante la carrera.
Durante la recepción del pie en el suelo al correr, se produce una pronación que absorbe la energía del impacto; este movimiento es controlado por una activación excéntrica del músculo sóleo, cuyo origen, además del peroné es el borde posterointerno de la tibia, además de fibras del músculo flexor largo de los dedos y la fascia crural profunda. Estructuras que pueden producir periostitis inducida por tracción.
Actualmente se propone la periostalgia como causa probable de SETM, donde se produce una reacción de estrés del hueso que termina provocando dolor, donde se producen cambios osteometabólicos sin evidencia de inflamación.
Cuando una persona comienza a realizar ejercicio, en el hueso se producen adaptaciones metabólicas normales. Se da un aumento de porosidad ósea en el borde posteromedial comprimido de la tibia por acción de los osteoclastos y posteriormente se forma tejido óseo nuevo para resistir las fuerzas de compresión.
Cuando se sobrepasa la capacidad de adaptación del hueso, se produce una sobrecarga en la remodelación ósea, que da lugar a osteopenia (pérdida de la densidad mineral ósea).
Factores biomecánicos y técnicos que aumentan el riesgo de lesión
Además de la carga de entrenamiento, existen alteraciones de la pisada, la técnica y la cadena cinética que pueden favorecer la aparición de dolor tibial. Entre los más frecuentes:
🔹 Exceso de pronación del pie al correr
🔹 Desequilibrio muscular entre cuádriceps, sóleo y tibial posterior
🔹 Falta de fuerza en glúteos y musculatura estabilizadora de cadera
🔹 Superficies duras o inadecuadas (asfalto, cemento)
🔹 Calzado deportivo desgastado o sin amortiguación
🔹 Aumento brusco del kilometraje semanal
La biomecánica del corredor es un componente decisivo: una técnica deficiente puede multiplicar la sobrecarga tibial incluso aunque el volumen de entrenamiento no sea alto.
¿Cómo diferenciar un dolor tibial funcional de una lesión real?
Es habitual que el corredor sienta carga o sensibilidad en la zona interna de la tibia tras sesiones duras o largas. El problema surge cuando:
✅ El dolor aparece cada vez antes durante la carrera
✅ La molestia persiste incluso con reposo o en tareas diarias
✅ El dolor se localiza en un punto preciso y aumenta al presionar
✅ Hay pérdida de rendimiento o compensaciones al correr
🔎 Regla rápida: si el dolor desaparece al calentar, puede ser sobrecarga; si aumenta con el ejercicio, estamos ante una lesión que requiere intervención.
Factores de riesgo
Se han descrito los siguientes factores de riesgo asociados al desarrollo de SETM:
¿Cómo lo podemos diagnosticar?
Existe un dolor sordo a lo largo de la cara posterointerna del tercio medio distal de la tibia. Dolor que mejora con el reposo y empeora con la actividad. El dolor suele ser progresivo, con lo cual el rendimiento deportivo puede verse afectado; incluso las actividades cotidianas.
El SETM suele presentarse tras un aumento brusco de frecuencia, intensidad o duración del entrenamiento. En la exploración es frecuente encontrar:
- Retropié valgo y antepié en hiperpronación.
- Dolor a la palpación del borde posterointerno del tercio medio distal de la tibial.
- La inflamación, cuando existe es muy ligera. Aunque no suele haber inflamación.
- La percusión de la diáfisis tibial no es dolorosa, excepto cuando se hace directamente sobre el área de dolor en la zona tibial medial.
- Movilidad activa y pasiva de pie y tobillo indolora. Aunque, puede haber dolor a la extensión del primer dedo o al realizar una flexión plantar contrarresistencia.
Las exploraciones complementarias más habituales son:
- Radiagrafía símple de la extremidad inferior: suele ser normal. Aunque en algunos pacientes se puede apreciar hipertrofia cortical en la parte posterointerna de la tibia y/o una neoformación ósea perióstica.
- Resonancia magnética. Puede ser normal, aunque en algunos pacientes se observa edema perióstico.
- Tomografía axial computerizada.
Son útiles para descartar fracturas por estrés de la tibia.
Prevención: cómo evitar el síndrome de estrés tibial
La prevención es más efectiva que el tratamiento, y en la mayoría de los casos depende de tres pilares fundamentales: entrenamiento, técnica y fuerza.
- Controlar la progresión del entrenamiento (no subir más del 10% semanal)
- Trabajar fuerza excéntrica y control motor en gemelos, soleo y tibial posterior
- Mejorar la estabilidad de cadera, core y glúteos (reduce impacto en tibia)
- Alternar superficies de trabajo (tierra, césped, pista, no solo asfalto)
- Revisar y renovar el calzado cada 600–800 km
- Valorar una prueba de pisada o revisión biomecánica si el dolor es recurrente
Muchos casos de SETM no se deben a “correr demasiado”, sino a “correr sin preparación estructural”.
¿Qué opciones de tratamiento tenemos para el manejo de este síndrome de estrés tibial?
Actualmente, el tratamiento estándar de oro para el SETM es la Fisioterapia. Esta patología, según la literatura revisada y a lo largo de la experiencia clínica, requiere un largo periodo de convalecencia, y en muchos casos da lugar al abandono de la estrategia terapéutica elegida, lo que produce a su vez la recurrencia de nuevas lesiones y/o su evolución a otras más graves, y al abandono de la práctica deportiva.
- Control de cargas: Es un componente principal dentro del proceso de recuperación, se recomienda un control exhaustivo del proceso de entrenamiento, con el cese de la actividad física habitual desencadenante de la patología, según la gravedad de la sintomatología. Podemos mantener niveles de actividad en descarga con trabajo en bicicleta, elíptica o piscina. Los antinflamatorios se utilizan a menudo para proporcionar analgesia, nunca serán primera herramienta terapéutica, ya que eliminan síntomas, sin trabajar en la causa.
- Terapias físicas: en fase aguda se utiliza comúnmente la crioterapia, mediante la aplicación de hielo directamente en la zona afectada, después de la actividad física. También disponemos de otras modalidades como el ultrasonido, sonoforesis, electroterapia, pero según revisiones recientes se ha demostrado ineficaces frente a otras opciones de tratamiento. Las ondas de choque parece que se muestran eficaces, disminuyendo el dolor y acortando el tiempo de recuperación.
- Ejercicio y estiramientos: se recomienda estiramientos y ejercicios excéntricos de la musculatura de la pantorrilla para mejorar la fuerza y resistencia muscualr y así prevenir a fatiga. También hay que realizar un trabajo enfocado a la musculatura estabilizadora de cadera, glúteos y abdominales, ya que mejora la estabilidad y la ejecución mecánica, teniendo una influencia positiva sobre las lesiones por sobreuso de las extremidades inferiores. Se desaconseja realizar los ejercicios en la fase aguda, ya que puede agravar la lesión debido al aumento de la tensión en la tibia.
- Tratamiento quirúrgico: se emplea como último recurso cuando el tratamiento conservador no ha sido efectivo. La técnica más usada es la fasciotomia en el borde posteromedial de la tibia y algunos especialistas añaden la eliminación de una tira de periostio a lo largo del borde interno de la tibia. Con ello se pretende conseguir una disminución de la tracción sobre el periostio.
¿Se puede seguir entrenando con síndrome de estrés tibial?
Depende del grado de la lesión. En fases iniciales puede ser posible mantener actividad aeróbica sin impacto (bicicleta, elíptica, natación, trabajo de fuerza en gimnasio). Sin embargo, correr con dolor tibial constante suele agravar la lesión. La regla general es: si el dolor supera el 3/10 o altera la técnica de carrera, no se debe continuar.
FAQs – Preguntas frecuentes sobre el síndrome de estrés tibial
¿El dolor tibial siempre es periostitis?
No. Puede tratarse de sobrecarga muscular, síndrome compartimental o fractura por estrés. Por eso es clave el diagnóstico correcto.
¿El reposo es suficiente para curarlo?
El reposo reduce el dolor, pero no soluciona la causa. Si no se corrige la técnica, fuerza o carga, la lesión reaparecerá.
¿Las plantillas deportivas ayudan?
Pueden ayudar si existe una alteración biomecánica estructural, pero deben ser prescritas por podólogo deportivo, no compradas sin valoración.
¿Las ondas de choque funcionan?
La evidencia científica actual indica que son efectivas para reducir dolor y acelerar recuperación cuando se combinan con fisioterapia activa.
¿Solo los corredores sufren SETM?
No. También aparece en bailarines, militares, jugadores de baloncesto o personas que aumentan actividad de manera repentina.
El Área de Fisioterapia de Centro Impulso Murcia, en comunicación con el área de entrenamiento para control de carga es especialista en el síndrome de estrés tibial o periostitis. Descubre con nosotros la forma especifica de tratamiento, así como su prevención y vuelve a disfrutar del deporte de un amanera segura y eficaz.


