Anteriormente estuvimos hablando sobre mitos y realidades de la natación en el dolor de espalda. En este artículo explicamos cada uno de los estilos de la natación y el por qué puede que no sea la mejor opción para nuestros problemas raquídeos, sin duda, una de las patologías que más afectan a nuestra población y donde la terapia acuática tiene mucho que decir.
El dolor de espalda es la causa más común en las consultas de fisioterapia. Entre el 75% y el 85% de la población sufre en algún momento de su vida dolor lumbar. El dolor agudo representa el 90% de los casos, el cual suele desaparecer alrededor de las 12 semanas sin deterioro a largo plazo, mientras que el 10% restante representa el dolor crónico. Es un problema mayor en países en vías de desarrollo; ocasiona gran impacto económico, siendo la causa más frecuente de absentismo laboral en menores de 45 años y se encuentra entre los cinco diagnósticos más destacados en consultas de nivel primario. Además, existen una serie de factores de riesgo que pueden incidir en este tipo de patologías:
- Edad. Hay una gran discrepancia entre autores, aunque parece existir un consenso en que la primera presentación de lumbalgia aparece entre los 20 y los 40, y que los últimos años de vida laboral son los años con mayor incidencia de esta patología.
- Obesidad. Existe una importante relación entre un elevado índice de masa corporal y el dolor lumbar.
- Factores hereditarios. Debemos tener en cuenta que la herencia juega un papel importante en la degeneración del disco a nivel lumbar.
- Factores psicosociales. Las evidencias demuestran que la depresión y ciertos comportamientos ante el dolor, así como otros factores psicosociales, influyen en la cronificación del mismo.
- Factores laborales. El levantamiento de pesos, las cargas físicas elevadas, la vibración y el estrés postural son situaciones que favorecen el dolor lumbar.
- Tabaquismo. A pesar de que no se conoce la base del mecanismo de producción, existe una alta correlación entre el hábito de fumar y el dolor lumbar.
- Osteoporosis. Algunos estudios relacionan la disminución de la masa ósea a nivel lumbar con la incidencia de dolor a este nivel.
- Episodios previos de dolor lumbar. Diversos estudios constatan que el haber padecido antes de dolor lumbar es un factor de riesgo de lumbalgia.
- Embarazo. El más común de los problemas músculo esqueléticos para las madres es el padecer dolor de espalda.
- Sedentarismo. Sin duda uno de los factores más importantes. Se ha demostrado que la falta de actividad física produce una mayor incidencia en patología lumbar.
Hay determinados factores que no podemos controlar, sin embargo, el hecho de practicar deporte y dejar a un lado una vida sedentaria solo depende de nosotros mismos. Dentro de todas las posibilidades destacaría la terapia acuática, pero, ¿por qué practicar este tipo de terapia y no la natación como tal?
Terapia acuática
No es cuestión de anteponer la natación a la terapia acuática o viceversa, son cosas completamente diferentes. La natación es un deporte, mientras que la actividad acuática terapéutica puede definirse como un conjunto de ejercicios, que a través del medio acuático y de sus propiedades, buscan paliar, mejorar o rehabilitar una lesión o enfermedad. Al ser una actividad adaptada y enfocada a nuestra patología, dolencia o lesión, podemos llegar a encontrar resultados mucho más interesantes que en la práctica deportiva común, planteando objetivos, tanto a corto, como a largo plazo y de una manera mucho más personalizada.
Como ya hemos comentado en diversas ocasiones, los bajos niveles de actividad física están asociados con dolores de espalda, reduciendo la calidad de vida. La evidencia ha demostrado que el ejercicio disminuye el dolor. El aumento de la fuerza muscular, la capacidad aeróbica y la flexibilidad son cruciales para restaurar las habilidades funcionales, aliviar las molestias y mejorar la calidad de vida.
Dentro de la actividad física, la terapia acuática tiene un papel fundamental debido a las propiedades físicas del agua, la reducción del estrés sobre las articulaciones y la disminución de la carga axial en la columna.
Varios estudios aseguran que el ejercicio físico a través de la terapia acuática es un tratamiento seguro y efectivo en aquellas personas que padecen dolor raquídeo.
Baena-Beato et al. nos presentan un estudio cuyo objetivo era evaluar los efectos de un programa de terapia acuática, donde el grupo de intervención, formado por personas con dolor lumbar crónico y un bajo nivel de actividad física, realizó sesiones de una hora, cinco días por semana durante dos meses. Al finalizar el estudio se obtuvieron mejoras significativas tanto en niveles de dolor de espalda (los cuales habían disminuido notablemente en reposo y en situaciones de flexión y extensión de columna) como en índices de masa corporal (donde los niveles de grasa habían disminuido). Los niveles de masa muscular también se incrementaron pero no de manera tan reseñable. En conclusión, los resultados de este estudio mostraron que un programa de actividad acuática disminuye los niveles de dolor lumbar, aumenta la calidad de vida y mejora la composición corporal y forma física.
Waller et al. presentan una revisión sistemática de estudios basados en la efectividad del ejercicio acuático terapéutico en el dolor lumbar crónico. Los resultados indican que este tipo de actividades son un tratamiento muy efectivo, incluso para prevenir y aliviar el dolor durante el embarazo. No se encontró ningún efecto negativo en la terapia acuática, frente a los notables beneficios que puede llegar a suponer. En este estudio también se reconoce la falta de ensayos de alta calidad para poder aclarar la importancia de este tipo de terapia en patologías raquídeas.
En definitiva, la evidencia científica respalda y posiciona en muy buen lugar la actividad acuática terapéutica como herramienta clave en patologías y dolores de espalda.
En Centro Impulso contamos con un área de actividad acuática terapéutica, donde, tanto de manera grupal, como individual, establecemos un programa de ejercicio terapéutico en medio acuático personalizado, enfocado a cada patología y a las necesidades del paciente.
Referencias
- José Ángel García Delgado et al. Epidemiology of the low back pain. Invest Medicoquir. 2014(enero-junio);6(1):112-25
- Emmett Hines; “Programa Fitness. Natación”, edit: Hispano Europea. 2009
- James E. Counsilman; «La Natación»; edit: Hispano Europea. 1995
- Rodriguez, J. G. Terapia acuática: abordajes desde la fisioterapia y la terapia ocupacional. (2015). Elsevier.
- Pedro Ángel Baena-Beato etal. Aquatic therapy improves pain, disability, quality of life, body composition and fitness in sedentary adults with chronic low back pain. A controlled clinical trial. Clin Rehabil 2014 28: 350 originally published online 31 October 2013.
- Benjamin Waller et al. Therapeutic aquatic exercise in the treatment of low back pain: a systematic review. Clin Rehabil 2009 23: 3.